Sueños de niñez: Los Esports en las favelas de Brasil

De las comunidades mas pobres a los equipos mejor posicionados del país, ¿o no?

Tenemos un montón de exponentes chilenos en el mundo de los Esports, desde la gente que organiza a la gente que produce, desde los jugadores hasta los influencers. Nuestro país está cada vez mas dentro del medio de los deportes electrónicos, los eventos relacionados con MOBA’s, fighting o shooting games captan de inmediato la atención, al menos lo suficiente para ya comenzar a tener prensa dedicada e incluso canales que han dado el paso para transmitir y relatar partidas importes, torneos, eventos y demás.
Es un hermoso tiempo para estar vivos, tu pasión de joven, de niño, se ha vuelto algo rentable. O al menos eso es lo que creemos.

Hace poco estuve leyendo un reportaje muy interesante de Wired, una revista estadounidense que recomiendo con todo el corazón, donde mostraban un lado que no muchos toman en cuenta al momento de hablar de los deportes electrónicos. «En las favelas de Brasil, los deportes electrónicos son una fuente de esperanza poco probable», un título que, sinceramente, duele. Estuve reflexionando durante unos días y me gustaría intentar manejar este conjunto de ideas que tengo volando a mi alrededor, pero antes vamos a agregar contexto.

El gaming en las favelas me suena similar

Barrios muy pobres, donde las colinas empinadas se extienden y aguardan casas pareadas, sin orden aparente, con calles pequeñas y poco iluminadas. Estas son las favelas en Brasil, estas son las zonas donde los jóvenes brasileños se esfuerzan y dedican muchas horas de sus días a los Esports, entrenando y practicando jugadas que algún día los llevarán a la fama, al sueño de poder competir de manera profesional. La esperanza, incierta, de poder vivir de la industria del gaming.

Brasil es un país muy desigual, donde sumas enormes de dinero se van a unos pocos y un aproximado del 25% de la población vive en pobreza, y aún así se ha logrado conseguir oportunidades de empezar una carrera en los deportes electrónicos, buscando a las promesas ocultas, que juegan y juegan en las favelas. Los grandes clubes del país, como Vasco da Gama y Flamengo, han comenzado a fichar jugadores que se especialicen en League of Legends y PES, donde un jugador de fútbol gana el millón de dólares, un profesional de Esports puede alcanzar los 400.000 dólares al año.

Todos estos datos son muy interesantes para analizar el futuro de estos deportistas y, a su vez, para hacer una comparación entre las oportunidad que se generan en Brasil antes y ahora. Antes era solo el fútbol, hoy los videojuegos pueden llevarnos a estos nuevos sueños de niñez.

No hay que mirar muy lejos para darse cuenta que tenemos poblaciones y campamentos en las mismas situaciones, donde hay jóvenes promesas y pocos recursos. Ya avanzaré en este punto.

Dexter

En el reportaje nos cuentan un poco de Raffael Simão quién vive a las afueras de São Paulo. Raffael es más conocido como Dexter, un destacado streamer profesional de Fortnite que fue fichado por el equipo Zero Gravity, pero antes de esto tenía que cumplir una rutina que ocupaba la mayor parte de su día, despertaba a las 5 de la mañana para trabajar de 6am a 6pm como portero. Gracias a su trabajo, y al apoyo de su familia, logró crear un espacio de manera totalmente amateur.

Problemas de dinero, los problemas de salud de su pareja, el no poder llegar a fin de mes, los problemas comienzan a aparecer en su vida. La falta de dinero podría haber acabado con su carrera de no haber sido por la comunidad de Fortnite que, por suerte, logró conectar con el creador de contenido. Pudo firmar el contrato con Zero Gravity y así mejorar la calidad de sus streams.

Esta situación es difícil, pero tampoco estamos muy alejados de eso. La competencia, el mejorar y volverse viral, el crecer, las habilidades que vas adquiriendo, todo influye en como vas de cero a cien en el camino de los videojuegos. Al final estamos viendo a gente que invierte en equipo suficiente para sobresalir.

Lo interesante de esto no es la historia de superación, no es el como le das la vuelta al destino de la nada. Lo interesante es ver como nuestro jóvenes pueden optar a un futuro con pocos recursos. ¿Qué puedo hacer sin un PC de alta gama? Aquí es donde entra el grande.

Hoy es noche de Free Fire

Free Fire es uno de los juegos de celulares más descargados del mundo, miles de espectadores atentos a las transmisiones de las ligas, los torneos, los eventos, alcanzando 80 millones de jugadores al día. Estamos hablando de un fenómeno, como lo fue DOTA 2 con la International o League of Legends a lo largo de su historia. Un juego para móviles, que no pide tantos requisitos, fácil de jugar, accesible y gratis, la receta perfecta para crear comunidad y una escena competitiva  digna de rivalizar con los grandes títulos del momento.

Free Fire es el juego más jugado en Brasil, principalmente en las favelas

El juego se ha vuelto una apuesta segura debido a la popularidad de este en el país. Donde muchos ven un chiste y «niños ratas», Brasil ve una oportunidad para salir de la pobreza y poder alcanzar una vida más cómoda, levantar a la familia que trabaja de sol a sol para seguir con vida.

Free Fire no solo ofrece grandes sumas de dinero y oportunidades, sino que también está (literalmente) al alcance de tu mano. Te entrega todo para intentar cumplir este sueño de niñez, para revivir estos recuerdos del barrio. Antes era una pelota, ahora un celular. Lamentablemente, como dicen en Wired, esto es solo una fuente de esperanza poco probable.

¿Y Chile?

Fuera de todo lo bueno y lo malo del artículo, nos queda en claro una cosa: a los estadounidenses les sorprende mucho que existan barrios pobres sin oportunidades. Brasil es uno de los muchos ejemplos en Latinoamérica donde los deportes electrónicos buscan generar dinero y levantar a promesas ocultas, pero no es la único, ni la más impresionante.

Chile tiene sus propias favelas: las poblaciones y campamentos, donde las oportunidades son pocas y para sobresalir en el medio hay que estar preparado. Free Fire puede ser un juego casual para muchos, pero al menos está entregando algo a las personas que no tienen los recursos para un equipo de última tecnología, o incluso con uno de gama baja.

Estamos viviendo tiempos extraños, donde la pelota está siendo reemplazada por un dispositivo para jugar. Ya no solo queremos ser futbolistas, queremos competir con pantallas.

Fuente: The Wired – In Brazil’s Favelas, Esports Is an Unlikely Source of Hope.

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